Las alergias son una respuesta exagerada del sistema inmune frente un agente externo, denominado en términos clínicos como antígeno, aunque para la población general este elemento externo se conoce como alérgeno.
Si bien la primavera es una estación famosa por la presencia de síntomas alérgicos en gran parte de la población tanto infantil como adulta, la alergia no sólo está presente en esta estación, sino que puede manifestarse durante todo el año, dependiendo del tipo de alergeno y de la sensibilidad de cada persona
La alergia es básicamente una reacción exagerada del cuerpo ante algo que, en teoría, no debería molestarnos: el polvo, el polen, ciertos alimentos, animales, medicamentos, etc... la lista puede ser larga. Es el sistema inmunológico que, por causas genéticas gatilladas por factores ambientales, comienza a defenderse de algo que no es realmente peligroso. El cuerpo lo identifica como una amenaza y reacciona liberando histamina y otros mediadores inflamatorios, lo que genera síntomas variados tanto en su presentación como en su intensidad.
Desde la perspectiva médica, las alergias se dividen en dos grandes grupos:
Estas se presentan en momentos específicos del año, cuando ciertos alérgenos están más presentes en el ambiente. Por ejemplo:
Estas son causadas por alérgenos que están presentes de forma constante, como:
Estos síntomas no sólo son molestos, sino que pueden interferir con actividades cotidianas como dormir, trabajar, estudiar o disfrutar del tiempo libre. Por ejemplo, las personas con alergias perennes pueden experimentar síntomas crónicos como congestión nasal, estornudos, picazón ocular o tos, lo que impacta el sueño, el rendimiento laboral y el bienestar emocional. En cambio, quienes tienen alergias estacionales suelen sufrir peaks intensos de síntomas durante ciertas épocas, lo que también puede ser muy limitante. Quien sufre alergia alimentaria vive con la constante preocupación de evitar ciertos ingredientes, lo que limita su vida social y emocional.
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