Artrosis

Artrosis

La osteoartritis o artrosis de rodilla es una enfermedad común. Su prevalencia mundial alcanza a 4% de la población y se la considera una patología en aumento, ya que cada año se diagnostican entre 160 a 250 casos nuevos.

La causa de la osteoartritis o artrosis:

La causa es la degeneración del cartílago que cubre la superficie de las articulaciones. El cartílago sano es suave, pero a medida que comienza la osteoartritis el cartílago se daña o erosiona, por lo que las superficies de las articulaciones ya no se deslizan suavemente una sobre la otra.

Las partículas del cartílago que se desprenden pierden su capacidad de trabajar y se perciben como gravilla en una caja de engranajes, provocando irritación de la membrana sinovial y causando inflamación. El dolor aumenta a medida que el cartílago degenera y menos cartílago está disponible en la articulación.

Esta degeneración del cartílago dificulta la vida de millones de personas en todo el mundo. Lo cierto es que las rodillas deben soportar algunas de las cargas más pesadas en el cuerpo humano, por lo que no es una gran sorpresa que los signos de desgaste comiencen a aparecer a medida que se envejece.

Sin embargo, también es posible que los síntomas iniciales típicos ocurran en personas más jóvenes. Además de la edad, hay una serie de otros factores de riesgo que hacen que la osteoartritis de inicio temprano sea más probable: estrés inadecuado para las articulaciones causado por sobrepeso, antecedente de lesión de rodilla o actividades de alto impacto sobre esa articulación.

Sin importar cuán inespecífica sea una molestia o qué tan vaga sea su causa, en ambos casos debe ser tomado en forma seria. El dolor es el más claro indicador de la aparición de osteoartritis.


Algunas señales de osteoartritis o artrosis:

• Dolor al comienzo del movimiento

• Dolor frente a cambios climáticos

• Dolor por estrés de la articulación (por ejemplo, al dar un paso o agacharse)

• Rigidez articular

• Hinchazón o derrame articular causado por la inflamación


¿Qué podemos hacer?

El dolor en las articulaciones habitualmente nos impide hacer ejercicio. Sin embargo, el ejercicio es la única manera de mantener las funciones que estimulan la producción de líquido sinovial endógeno en el cuerpo. Y el líquido sinovial es la única fuente de los nutrientes necesarios para el cartílago, particularmente cuando hay un riesgo de osteoartritis o artrosis.

Por otro lado, la actividad física es la única manera de fortalecer los músculos que soportan la articulación y aliviar la carga. Por lo tanto, siempre vale la pena seguir moviéndose.

Lo principal es siempre evitar un estrés inadecuado o extremo sobre las articulaciones. Por sobre todo, los pacientes con osteoartritis deben prestar atención a los siguientes consejos:

• Mantener un peso de acuerdo a la estatura y dentro de rangos de IMC normal

• Corregir defectos posturales.

• Modificar las actividades deportivas, evitando los deportes que ponen excesiva tensión en las articulaciones.

Son recomendables las actividades que son beneficiosas para las articulaciones, ya que ayudan a mantenerse en forma y dan suficiente ejercicio a la articulación. La natación y la caminata suave son deportes recomendables para una persona con artrosis.


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