Calefaccionar tu hogar en invierno cuidando tu salud respiratoria
Ciertas condiciones como el encierro, la mayor cercanía física de las personas, la falta de ventilación de los ambientes y algunos sistemas de calefacción como la parafina o la leña son factores que inciden y potencian el aumento de enfermedades respiratorias en invierno.
Calefaccionar los ambientes es una medida que nos permite hacer frente a las condiciones climáticas del invierno, pero también puede resultar perjudicial para la salud, dependiendo del sistema de calefacción utilizado y de la temperatura a la que se utilice.
Lo ideal es que la temperatura a la que se calefacciona un ambiente no supere los 21°-23° y que la humedad se sitúe entre el 50 y el 70%. La calefacción excesiva aumenta el contraste de temperatura entre interior y exterior, lo que puede disminuir la capacidad de respuesta de los mecanismos defensivos del organismo.
Por otra parte, la combustión inadecuada para la producción de calor, o un sistema de ventilación insuficiente, pueden provocar la acumulación de varios gases nocivos para el ser humano.
Los artefactos que funcionan a combustión (estufas de parafina, gas o leña) consumen oxígeno y liberan gases nocivos, como el monóxido de carbono y el dióxido de nitrógeno. La inhalación de estos gases puede ocasionar irritación de las mucosas, causar dificultad respiratoria y problemas para la salud respiratoria en general.
Los sistemas de calefacción más recomendados, sobre todo para aquellos que padecen patologías respiratorias crónicas, serían algunos tipos de estufas eléctricas, las losas radiantes, los radiadores y los calefactores que cuentan con sistema de cámaras de combustión cerradas con evacuación externa de los gases generados producto de la combustión.
Lo recomendable es que los ambientes estén templados, bien ventilados y asoleados ya que el sol disminuye los ácaros de polvo y mantiene la temperatura.
A continuación, te dejamos algunas recomendaciones para calefaccionar tu casa con precaución:
• Verificar que todas las fuentes de calor funcionen correctamente siguiendo las instrucciones de los fabricantes para la puesta en marcha y en el manejo de los dispositivos.
• Salida de gases al exterior y ventilación de los espacios. Cuando se usan determinadas fuentes de calor hay que tener en cuenta que tengan una adecuada salida al exterior, y tener la precaución de ventilar el hogar diariamente.
• Apagar la calefacción por la noche y ventilar la casa antes de encenderla por la mañana.
• Limpiar regularmente los filtros del aire acondicionado.
• Evitar fuentes de combustión que generan residuos dentro del hogar como leña, carbón y parafina.